Esta es una sección de la página "La Cultura Jurídica" si quieres ir a la página principal: clica aquí.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Los Sonidos del Derecho. El Jazz como concepto, historia y discriminación (Una mirada gráfica y tonal al Derecho)



Es un lugar común, que cuando se habla de jazz, involuntariamente nos venga a la cabeza la idea de un tipo de música aburrida o sin sentido como muchos la han tildado, de este modo podemos escuchar frases como las siguientes ¡es una música de locos o para locos!, ¡no tiene sentido!, ¡bah las piezas se tocan como van saliendo, hasta yo puedo hacerlo!, ¡es aburrida y densa!, ¡hay que estar muy preparado para escucharlo!, pero lo cierto es que tal vez, este prejuicios obedecen a la falta de percepción, pues es posible decir, que el jazz es un fenómeno más cercano a un concepto tonal, una forma de interpretación dinámica, o un tipo de metalenguaje, que en principio sólo puede ser entendida por quien toca jazz. Con el derecho pasa algo similar, pues más que ubicarse entre las notas de cualquier “stándard” , se sitúa en un nivel de interpretación, que en principio, sólo sus exegetas e interlocutores, los juristas, son capaces de percibir, pareciera que el derecho permaneciera mudo escucha y testigo de los acontecimientos de la historia, y a pesar de que se ha debatido largamente sobre que trata el derecho o cómo se entiende el derecho, lo cierto es que nunca se ha preguntado ¿cómo suena el derecho? a fin de poder logra otra definición de éste por medio de los sonidos, más actual y a la vez un poco más apegada a la línea tempórica posmoderna.

Dentro de este articulo se pretende abordar por medio del jazz, la música y sus derivados la forma de concepción actual del derecho, al estudiar la línea histórica mundial, tomando como puntos de partida los hechos y situaciones jurídicas de interés a fin de brindar una nueva opinión pocas veces escuchada.

jueves, 8 de julio de 2010

La Paloma: una canción hace historia




Una canción ha conquistado el mundo. Existen miles de grabaciones, se canta desde hace 150 años en todo tipo de acontecimiento, desde casamientos, pasando por la política hasta entierros: La Paloma.

Es la canción más interpretada del mundo. En Tanzanía es la canción que alegra los casamientos, en Rumania acompaña el lamento en los entierros y en Alemania es la canción de las fiestas. Los lectores del diario alemán de masas Bild la eligieron en 2003 como el "hit del siglo".

Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Un vinilo con La Paloma.Un documental alemán que se estrenará el 26 de junio, en un principio en tres idiomas, alemán, inglés y español, sigue las huellas que la melodía ha dejado en todo el mundo. El filme, de una hora y media de duración, muestra interpretaciones de La Paloma pespuntada con todo tipo de ritmo, desde la clásica habanera, pasando por el tango hasta una versión pop de Elvis Presley.

Ya antes de la salida de la película a carteleras se ha publicado en Alemania un libro con cuatro CD y se prepara una colección de grabaciones que abarcará muchos más. La Paloma está hoy más que nunca en boca y en los oídos de todos.

La Paloma global

La Paloma se adelantó a la globalización, en una era en la todavía faltaba más de un siglo para la irrupción de Internet. Según los estudiosos, la canción fue compuesta y escrita alrededor de 1860, si bien no existe unanimidad con respecto a la fecha exacta, por el músico español Sebastián de Iradier y Salaverri, nacido el 20 de enero de 1809 en Lanciego, Álava y muerto en 1865 en Vitoria.

Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Freddy Quinn cantando "La Paloma" en Zúrich.Iradier comenzó su carrera musical en Madrid, donde colaboró con diferentes zarzuelas. La vida lo llevaría más tarde a París, donde fue profesor de canto de la emperatriz Eugenia de Montijo, condesa de Teba, esposa de Napoléon III. Luego de una visita a La Habana compuso la canción que lo inmortalizaría: La Paloma. La melodía de inmediato corrió como reguero de pólvora. En muchos países, partiendo de México y España, pasando por Hawaii, hasta Alemania, Rumania e incluso Zanzibar, la canción tiene hoy estatus de melodía tradicional.

¿Por qué mueve a tantos seres humanos de las más diferentes culturas a derramar lágrimas? Seguramente una de las claves es la combinación de su melodía sencilla y pegadiza, pero sumamente original, con temas universales como la separación, la soledad, el amor y la muerte.

Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Carátula del libro "La Paloma", que se acaba de editar en Alemania.El nuevo documental alemán, con el título, cómo podía ser de otra manera, de "La Paloma, intenta desvelar el secreto de la canción. En el filme se llega a la conclusión que otra de las claves de su irresistible éxito es su capacidad de adaptación. La Paloma siempre va bien. En Hamburgo se cree que es una canción marinera y se la toca en casamientos. Justamente en esa ciudad portuaria, La Paloma marcó un récord mundial que le valió una entrada en el Libro Guinness de los Récords: el coro más grande del mundo, compuesto por 88.600 personas, la cantó allí el 9 de mayo de 2004.

Entre los cantantes famosos que han interpretado La Paloma se cuentan Joan Baez, Maria Callas, Bing Crosby, Julio Iglesias, James Last, Dean Martin, Mireille Mathieu, Nana Mouskouri, Charlie Parker, Luciano Pavarotti, Pérez Prado & su orquesta, Elvis Presley (con el nombre "No More"), Caterina Valente, Billy Vaughn y Harry Belafonte.

El libro "La Paloma" acaba de ser editado en Hamburgo, por la editorial Marebuchverlag y contiene textos de diversos músicos alemanes, 120 fotos a color y una discografía comentada de La Paloma en versiones clásicas, de jazz, pop, rock y música popular.


Letra de La Paloma (public domain)

Cuando salí de la Habana
¡Válgame Dios!
Nadie me ha visto salir
Si no fui yo.
Y una linda Guachinanga
S'allá voy yo,
Que se vino tras de mí,
Que sí señor.
Refrán:
Si a tu ventana llega
Una paloma,
Trátala con cariño
Que es mi persona.
Cuéntale tus amores,
Bien de mi vida,
Corónala de flores
Que es cosa mía.
Ay! Fadila que sí!
Ay! que dame tu amor!
Ay! que ven te conmigo,
Chinita, adonde vivo yo!
2. El día nos casemos
¡Válgame Dios!
En la semana que hay ir
Me hace reír
Desde la Iglesia juntitos,
Que sí señor,
Nos iremos a dormir,
Allá voy yo.
(Refrán)
3. Cuando el curita nos eche
La bendición
En la Iglesia Catedral
Allá voy yo
Yo te daré la manita
Con mucho amor
Y el cura dos hisopazos
Que sí señor
(Refrán)
4. Cuando haya pasado tiempo
¡Válgame Dios!
De que estemos casaditos
Pues sí señor,
Lo menos tendremos siete
¡Y qué furor!
O quince guachinanguitos
Allá voy yo.

Eventos notables


"La Paloma" era una de las canciones favoritas del Emperador Maximiliano I de México, y al mismo tiempo los revolucionarios mexicanos también la tocaban y la popularizaron. Cuenta la leyenda, popularizada por la película Juárez, que Maximiliano pidió que tocaran la canción antes de su ejecución.

Como consecuencia, dado que el emperador Maximiliano era un Habsburgo, las naves de la flota naval de la Marina austro-húngara nunca tocarían la canción.

Las primeras traducciones aparecieron ya por el año 1865 en Francia y Alemania.

Una de las primeras grabaciones corresponde a la formación musical de Guardia Republicana de Francia en 1899.

La introducción de la guitarra hawaiana ayudó a aumentar la popularidad de "La Paloma".

Se han creado diferentes letras en muchos idiomas. El título inglés "No More" fue popularizado por Elvis Presley.

La Paloma ha sido interpretada por músicos de diversos géneros incluyendo ópera, pop, jazz, rock, bandas militares y música folk.

La canción entró en el Libro Guinness de los récords por haber sido cantada por el coro más grande del mundo, 88600 personas, en Hamburgo el 9 de mayo de 2004.
Escuchar canción.

martes, 8 de junio de 2010

Música, tradición y culturas



En un viaje por el sur conocí a este maginífico grupo de jóvenes, tocaban en el teatro principal de San Cristobal, un esfuerzo por acercar su cosmovisión y sus elementos musicales a todo aquél interesado en la cultura tzotzil, aunque la experiencia la han extendido a otras culturas, por lo que podemos hablar en toda la extensión de la palabra de una experiencia multicultural. También a través de la música pueden transmitirse elementos conceptuales que explican como una cultura entiende su entorno, como se entiende a si misma como comunidad.  Su forma de organización sociopolítica es un sistema de cargos o jerarquía cívico-religiosa. Los tzotziles no se consideran como una cultural unívoca, una forma en la que ellos mismos se identifican es a partir del gentilicio del santo patrón de la comunidad, la celebración de ciertas fiestas y rituales específicos para cada uno de ellos y el uso de su dialecto distintivo; aunque el elemento más notorio de identidad entre los integrantes de los diversos municipios tzotziles es el vestido propio de cada uno que además cobra una importancia ritual y social. El lenguaje es un componente importantísimo de su cultura definida como batz´i k´op / bats´il k´op (lengua verdadera) elemento que define al ser humano y lo hace civilizado -con posibilidades de vivir en sociedad-. La transmisión de los mitos se hace de manera oral, por lo que la tradición se convierte en otro elemento social indispensable. El mito se exterioriza en el rito, elemento formal de integración y del que deriva la estructura política o de cargos que implican la participación en el resguardo de la cultura, la tradición y los valores comunes. (Más información)

Sobre Sak Tzevul:
Originalmente fundado en 1996, en Zinacantan Chiapas, por Damián Martínez, músico originario del mismo lugar, con la composición de canciones originales que incluyen la lengua tzotzil y el castellano, desde sus inicios hace una mezcla de la cultura maya tzotzil, con influencias postmodernas del rock y de la música clásica o académica, a lo largo de varios años, han incursionado en el proyecto, músicos del Estado de Chiapas, y también fusionado con músicos tradicionales tzotziles y tojolabales, de esta manera, ha recorrido la mayor parte de las comunidades originarias de Chiapas y de otros Estados de la Republica Mexicana, así mismo a tenido lugar y participación en importantes festivales y universidades a lo largo del País y Centro América.

Como es la tradición en las comunidades originarias de Mesoamerica, una forma de adquirir y transmitir el conocimiento es mediante la familia , y es el caso de Sak Tzevul. Los tres hermanos Martínez,(Damián ,Enrique y Palas) herederos de una tradición generacional de marimbistas y músicos populares de Zinacantan realizan esta producción.

Damián quien ha sido el líder de “Sak Tzevul”, es compositor, guitarrista y Vocalista, quien con sus pensamientos y sentimientos de reivindicación cultural, es acompañado por sus hermanos, Enrique en la batería quien desde los inicios de Sak Tzevul ha sido parte importante y ha aportado el ingrediente característico del sonido de Sak Tzevul, Palas en el bajo eléctrico y su primo Juan Pérez en los tambores tradicionales y percusiónes, los mas jóvenes dentro del proyecto y también originarios de Zinacantan; quienes han sido influenciados por los primeros trabajos publicados de Sak Tzevul y testigos de la evolución de este proyecto, integrándose a el no solo para aprender sino para enriquecerlo.

Además participa en este disco directamente Don Chepe Pérez, padre de Juan y también tío de los hermanos Martinez, junto con su grupo de música Tradicional de Zinacantan (Vabajometik ta Sotz’ leb),; quien a su vez ha guiado y mostrado el camino de la música tradicional no solo para el proyecto Sak Tzevul, sino para todos los jóvenes de Zinacantan,

Para propiciar la interculturalidad y trabajando de forma permanente, participan también procedentes del sur de Japón: la Violinista de música clásica Rie Watanabe, quien con su experiencia en orquestas de todo el mundo y por su interés en aprender y transcribir la música tradicional se ha incorporado a la vida cotidiana de Zinacantan.

Junto con Kaori Nishii, Trombonista y Ocarinista, quien con su experiencia no solo en música tradicional Japonesa si no en música originaria de Latinoamérica, han contribuido a fortalecer y profundizar una perspectiva seria en la música de Sak Tzevul.

Hoy en día, a 13 años de caminar, hemos reunido en este trabajo lo más significativo que consideramos lleva las voces y cantos de quienes han compartido su corazón y sabiduría, por esto mismo queremos que los sonidos y lenguas que se entretejen aquí como: Tzotzil, Tzeltal, Tojolabal, Castellano y Japonés sean una ofrenda para nuestro pueblo Zinacantan, y también un regalo para el mundo.

“Un canto florido del espíritu de la tierra…”.
 Sak Tzevul 2009

Los puedes contactar a través de:

01 [967] 678 91 19
San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
01 [961] 488 00 42
Zinacantan, Chiapas.
saktzevul@hotmail.com

Muk' Ta Sotz':


Bolomchon:


Bolomchon reloaded (mp4)

miércoles, 10 de marzo de 2010

UNA IMAGEN Y UN CAFÉ

Por MAXIMILIANO ANDRÉS ZAPATA ICART*

Anoche, de madrugada mientras caminaba, no pude detenerme. Creo que no hubiera empezado este escrito, a manera de crónica, si aquel suceso no me hubiese afectado. Andar solo y de noche suele ayudarme a meditar ciertas cosas, como por ejemplo, la ausencia de la intención de meditar, y la experiencia del silencio como la prueba más suave del sonido.


Pero la noche de anoche no fue el caso, lástima.

¿Quién puede negar a Borges a Girondo o Madariaga como auténtica literatura argentina? ¿Importa la técnica, el lenguaje, sus influencias, o lo que pintan, si pintan; o lo que dicen, si dicen o simplemente al mundo o lugar al que nos remontan, por ejemplo, compositores como López Buchardo y Aguirre?...

¿Y Yupanqui?

Pero esta madrugada no detuve mi paso, aunque por alguna estúpida razón me pese, anoche, por la madrugada, no me importó parar mi marcha, levantar la mirada, acariciarla con la vista y por qué no emocionarme y respirar agitado, mientras ella va terminando el transcurso hasta su clímax. Tuve mala suerte de que no lloviera. Si así hubiera sido hoy no debería, seguramente, estar escribiendo este pensamiento a manera de crónica, pues tendría una más que justificada razón para explicarme y convencerme de que por aquellas horas nocturnas era imposible pararse en la calle, puesto que había un diluvio torrencial con viento de trescientos Km por hora con peligro de tornado y encima, para colmo, no es cuestión de arruinar los zapatos nuevos que casualmente, estrenaba y que , además, son importados. Pero el tiempo de ese tiempo no fue el caso, lástima. Si tan solo supiese por qué me duele tanto…va!, un poco, poquito…casi nada.

¿Qué conozco de historia? ¿De qué historia?... ¿Del arte?, ¿Del pensamiento?, ¿De Europa?--No!, ¡de historia latinoamericana! - Ah! La verdad debo confesar: de esa historia no escrita conocemos poco.

Yo sé, sin embargo, que el himno latinoamericano no es nuestro, por ejemplo.

¿Qué es verdaderamente lo que nos cuestionan las versiones del himno argentino de Lito Vitale-Jairo?...Y la de Charly García?

La pregunta que subyace es inevitable, y refiere particularmente al concepto de sitio, de lugar: ¿Dónde estamos?

Claro, transitamos ahora, según mis cálculos, la quinta parte o sección de este artículo y no sabemos a dónde nos dirigimos; no importa. Ya encontraremos un curso, cualquiera, y con eso nos conformaremos. Por lo pronto démosle chance al azar y dejemos de citar a Cage.
Creo que ahora es tiempo de indagar acerca del discurso musical de un compositor como Rossini… ¡Eureka!, he llegado a una obvia observación. Luego de analizar y escuchar algunos rasgos distintivos de su estilo, por ejemplo en muchas de sus oberturas, he bebido el cáliz de mi conclusión ya anticipada.

¿Qué conocemos de historia latinoamericana? Poco, bastante poco y lo siento mucho…de verdad. Sólo sé, en este momento más que nunca, el por qué nos cuesta cantar o, mejor dicho, entonar el himno latinoamericano, el por qué “nuestro” himno no es nuestro himno, el por qué de las culturas negadas que subyacen desorbitadas “navegando por estos planetas del sur”.

Pero mi actitud de anoche tal vez pueda explicarla como un escape, evasión a la tradición que nuestros abuelos y/o padres nos enseñaron de pequeños. Igualmente camino dudando, no como anoche sino con la mente, y me cuestiono la idea de símbolo.

No sabemos dónde estamos, de dónde provenimos, de dónde y por qué se filtra tanto bombardeo de información que nos enceguece y que-como decía antes- nos veda la posibilidad de sabernos en algún sitio; en nuestro lugar.
Este problema responde a una especie de epidemia, y la simbología en nuestras regiones no coopera para opacar este problema, pues carece de sustento y ( ¿por qué no?) de coherencia.

Realmente: ¿Tenemos nuestro país? ¿Es relevante lo simbólico?

Según mi cálculo estamos entrando en la octava sección o parte de esta prosa y aún, sin proponérmelo, sigo citando a John Cage…

Esos pasos nocturnos han dejado aquí sus frutos; mi vista no se alzó, y mis piernas siguieron su curso. El policía, desganado más que cansado, en menos de siete segundos cumplió su tarea. De reojo lo comprobé. Es así que hoy domingo por la tarde, escribo y declaro que la Bandera Nacional está flameando sola, a lo alto en un cuartel cualquiera, desde la madrugada a la mañana, hora que caminaba de vuelta buscando silencio, una noche que ya no era noche, un lugar, tu lugar, mi lugar.


*Compositor argentino, nacido en Paraná. Entre Ríos. Licenciado en Composición Musical, por la Universidad Nacional del Litoral. Santa Fe. Argentina

Niños y oportunidades. Las culturas y la academia, los turistas y el director arrogante, las orquestas juveniles y el hombre de conocimiento.


Por LUCA BELCASTRO

Premisa


Tuve la oportunidad de empezar a tocar un instrumento a los siete años. No obstante las clases regulares, al comienzo era casi un juego, después se convirtió gradualmente en un estudio más intenso y sistemático, hasta llegar a diplomarme y estudiar composición.

Entonces, ya desde niño inició mi relación con la música, con el arte, con el fruto del pensamiento y de interpretaciones originales del mundo. En la escuela primaria de ese entonces era cosa poco común que alguien tocara un instrumento y eso fue para mí una ocasión para darme cuenta que existían otros aspectos de la realidad paralelos a los que me presentaban y de encontrar otros puntos de vista, distintos a los que tenían, por ejemplo, mis compañeros.

Por eso, creo que es muy importante que un niño pueda tener la posibilidad de frecuentar teatros, salas cinematográficas, exposiciones, y de acercarse a la música, que pueda cantar, estudiar un instrumento ya a una muy temprana edad, porque así puede desarrollar y profundizar una visión del mundo personal, caleidoscópica, que lo acompañará durante el recorrido de su vida futura. La música, además que una expresión individual, es un acto comunicativo, de interrelación con los otros, con quien pueda acercarse, comprenderla y compartirla. Y todo empieza desde niños, que si no están acostumbrados a escuchar algo distinto a lo que presentan los medios de comunicación masivos, si no pueden experimentar, ampliar sus horizontes, difícilmente podrán integrarse a un público competente, que por ejemplo disfrute de un concierto con propuestas nuevas, distintas de la norma común.

No obstante un niño europeo tiene la posibilidad de acercarse a temprana edad a la música y al estudio de un instrumento, se encuentra pronto a confrontarse con lo que es la realidad. O sea los modelos sociales occidentales lo invitan a competir con sus compañeros, a ser siempre el más “bueno”, a tocar siempre más rápido cosas cada vez más complejas y en esa forma se destruye un poco su gusto por tocar. De los muchos que empiezan muy pocos siguen los estudios y los otros, decepcionados, muchas veces dejan de tocar, pierden el placer de hacerlo. En Europa la realidad es también que algunos de los que logran terminar su carrera de estudio son pequeños monstruos de técnica, que pueden tocar cualquier cosa y esta circunstancia influye también sobre las composiciones que se van produciendo. Una consecuencia es que los compositores europeos se pueden permitir escribir sin preocuparse demasiado de la dificultad técnica, porque seguramente van a encontrar alguien que pueda tocar sus partituras sin problemas.

En algunos lugares latinoamericanos que visité en este período, encontré que no existen las mismas oportunidades y que muchos niños no tienen ni la posibilidad de una instrucción básica, porque tienen que trabajar o, peor, ir por la calle pidiendo dinero. A nivel académico, esa falta de ocasiones provoca también que quien quiera o logre empezar el estudio de un instrumento musical lo haga demasiado tarde para poder tener un desarrollo técnico comparable a los europeos de la misma edad. A nivel profesional, además, los magister, las becas, los cursos de especialización específicos universitarios muchas veces tienen un límite de edad, que, por la competencia internacional, cierra los espacios a quien no alcance por tiempo el desarrollo técnico requerido.


Ejemplo emblemático

Estuve viajando en el 2007 por primera vez en el Perú y visité Machu Picchu, meta del circuito habitual de los turistas en este país. Eso significa ir desde Lima hasta Cusco y la mejor manera es el avión, como la distancia, también por las características de las carreteras, es muy grande y el tiempo para un turista siempre poco. La costumbre es quedarse algunos días en Cusco de donde se toma un tren para bajar hacia la selva hasta llegar a Aguas Calientes, el pueblo que está al pie del monte en la cual cima están los restos de esta increible sobreviviente ciudad. De allá tomar un bus para subir, pagar una entrada muy costosa y empezar el recorrido. O sea que visitar Machu Picchu tiene un costo realmente muy alto.

Cuando estuve allá, el lugar estaba repleto de turistas que caminaban en colas por las callecitas de esas magnificas ruinas. El poder de la promoción. Visité otros lugares en el Perú que me encantaron, por ejemplo en el norte, que aún están afuera de los circuitos turísticos oficiales, lugares con un interés arqueológico y cultural de gran valor, quizás más que el mismo Machu Picchu y que seguramente se impondrán en el próximo futuro creando otras fuentes de entradas económicas para el país.

Entonces esta gran presencia de turistas extranjeros significa prácticamente que en la municipalidad de Aguas Calientes, también por todo su aparataje de tiendas turísticas, restaurantes, hoteles, entra mucho dinero.

Pero ¿qué sucede? Cuando uno baja del monte del pasado y regresa a la realidad encuentra muchos niños que transcurren todos los días pidiendo dinero, que no tienen ninguna posibilidad de frecuentar una escuela, de relacionarse con una perspectiva distinta. Es sólo un ejemplo. En ese específico lugar del mundo llega mucho dinero, pero la pregunta es ¿dónde se pone?, quizás no en crear oportunidades para que los niños puedan estudiar, tener experiencias.

Esa situación de falta de oportunidades se encuentra en todas las periferias de las grandes capitales latinoamericanas donde, a diferencia de las ciudades más pequeñas, la presencia de las culturas tradicionales se pierde. En estas periferias no hay posibilidad de asistir a conciertos, exposiciones, de ver películas si no a través de aislados, pero poderosos esfuerzos de centros culturales locales, que intentan luchar para crear espacios de coparticipación.

En esos lugares los problemas reales son otros, de sobrevivencia. Como no hay dinero, quien se preocupa de organizar eventos culturales en los centros de las ciudades, debería tener una conciencia social que lo invite a crear también posibilidades para el desarrollo cultural de las periferias, independientemente de las posibilidades de ganancia. Creo que eso pasa sobretodo a través de la capacidad de ocuparse y cuidar a la infancia.


Otro ejemplo

Encuentro niños en brazos de sus padres, participando en las numerosas fiestas tradicionales donde pueblos enteros se reúnen por las calles y las plazas, tocando, danzando, compartiendo. Así esos sonidos, ritmos, colores, movimientos se imprimen en sus memorias, entran en el mundo de sus experiencias, se quedan en ellos por toda la vida. No se puede olvidar ni rechazar ese imprinting, no se puede impedir que se manifieste en los actos creativos ni sacrificarlo en los altares de los modelos culturales distintos y lejanos, que se imponen y presentan como “mejores”.

Estos niños, creciendo, empiezan a aprender a tocar los instrumentos que encuentran, que tienen a disposición y que sostienen una importante tradición local. ¿Qué pasa con los que tienen la oportunidad de entrar en el sistema educativo académico? Los programas de estudios, la necesidad de integrar las orquestas sinfónicas nacionales los “obligan” a dejar de lado sus experiencias para integrarse en un sistema que muchas veces presenta modelos educativos europeos.

Y pasan cosas raras. Por ejemplo, después de la nominación de un europeo como director principal de una orquesta sinfónica nacional de una capital sudamericana, leí en una entrevista:
“Allá están acostumbrados a un repertorio distinto del europeo. Yo tendré autonomía en la elección del repertorio y entonces llevaré la música que prefiero, el clasicismo y el romanticismo europeo”. Además: “Para posicionarla, después de un periodo fuertemente caracterizado del compromiso con la música hispanoamericana, en los andenes del clasicismo y romanticismo alemán, que son el documento de identidad de una orquesta de nivel internacional”.

De mi punto de vista, palabras siniestras y sinceramente inaceptables, sinónimo de arrogancia y presunción y que van contra el regular desarrollo y el respeto de una cultura y de sus manifestaciones espontáneas y que además se inserta en un sistema donde muchas de las actividades y eventos culturales están organizados por centros cuturales extranjeros, sobretodo europeos.

Simplificando y generalizando un poco, funcionalmente a este texto, se puede decir que la academia toma niños con sus experiencias muy variadas y los inserta en un sistema educativo en directo contacto con las orquestas nacionales y sus programas, que a veces están muy lejos de la realidad cultural del país. La masificación y globalización contra las tradiciones y las peculiaridades.


Experiencias

No obstante esto, a lo largo de Latinoamérica hay muchas y muy interesantes experiencias que se relacionan e intentan dar una respuesta a estas problemáticas.
Cuando estuve por la primera vez en La Paz en el 2007, por ejemplo, me encontré una tarde en una sala donde algunos niños, guiados, estaban tocando juntos en un clima sereno y feliz. Este encuentro era parte de un sistema de educación musical inicial basado en los instrumentos nativos y la música tradicional, donde los alumnos, los así dichos “niños en situación de riesgo social”, desarrollan simultáneamente habilidades, talentos, capacidades de pensamiento musical y actitudes cooperativas para la vida. Este programa de iniciación a la música prueba la viabilidad de una pedagogía musical armónica con la historia e idiosincrasia del país. Con esto se alcanzan varios objetivos como la identificación y la sistematización de una didáctica musical, además que el fomento a la producción de instrumentos musicales. Algunos de estos niños creciendo se integrarán en la orquesta principal, siguiendo su carrera de músico a nivel profesional y colaborando directamente con los compositores.

Sin entrar en la cuestión estética del uso de los instrumentos nativos y de la tradición en relación a las técnicas contemporáneas, estoy de acuerdo que en la concepción indígena de la música se pueden encontrar elementos de cambio y transformación quedándose en el flujo de la tradición. Siempre teniendo presente que además que el producto de la genialidad y el virtuosismo de sus creadores, una obra de arte es el reflejo del espíritu de un pueblo.

La visión de la música como una experiencia colectiva y social, que se encuentra en esta iniciativa de la Orquesta Experimental de Instrumentos Nativos, que ya es activa de los años ’80, se refleja en la política educativa actual de Bolivia. En las calles de La Paz hay un continuo desfile de niños de las escuelas primarias tocando en “tropa” con alegría instrumentos nativos y de la tradición, cultivando en esta forma la propia experiencia sonora y de reflejo la de sus entornos familiares.

La experiencia educativa infantil latinoamericana pasa también a través del uso de los instrumentos de la tradición clásico-romántica europea. La diferencia creo que está en el repertorio y las técnicas que se utilizan y no en las finalidades.
Todavía en Bolivia, uno de los países vanguardistas en ese campo. Otra experiencia que encontré es una orquesta sinfónica juvenil de gran nivel que escuché durante uno de los domingos en el Prado de La Paz, donde se reune durante todo el año mucha gente en un clima de fiesta. Esta orquesta estaba conformada por niños y jóvenes de zonas muy pobres de la ciudad, creando para ellos una oportunidad de desarrollo personal intelectual, espiritual, social y profesional, rescatandolos de una juventud vacía, desorientada y desviada.

Experiencia que quizás se parece a la de las renomadas Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, afirmadas internacionalmente por su excelencia musical. Fundadas por un “visionario” músico en el 1975, consagradas al rescate pedagógico, ocupacional y ético de la infancia y la juventud, mediante la instrucción y la práctica colectiva de la música y dedicadas, como las anteriores, a la capacitación, prevención y recuperación de los grupos más vulnerables del país, tanto por edad como por situación socioeconómica.

Es un modelo probado de como un programa de educación musical puede crear grandes músicos y cambiar la vida de miles de niños pobres de un país. Su enfoque enfatiza una intensiva práctica grupal desde las más tempranas edades y el compromiso de mantener siempre presente la alegría y la diversión, “primero pasión/después refinamiento", que derivan del aprendizaje y la creación de la música. Hecho que contrasta con la instrucción musical que se imparte en muchos otros lugares del mundo. Por eso organismos y organizaciones internacionales reconocen esta experiencia como digna de ser implementada en otros países, principalmente en los que buscan disminuir sus niveles de pobreza, analfabetismo, marginalidad y exclusión en su población infantil y juvenil. En muchas naciones se están creando programas de educación musical que siguen ese modelo venezolano.

Sólo puedo contar lo que conozco o encontré en mi camino y aseguro que encontré otras y hay muchas más experiencias similares que merecen ser presentadas y ser siempre y cada vez más apoyadas. También iniciativas de músicos que pagaron con la vida sus sueños, sus esfuerzos y logros de desarrollar obras sólidas, nacidas de la nada, de la ausencia total de recursos y que sin embargo irrumpieron en la sociedad arrasando con las diferencias sociales, de credo o políticas.

En Europa los nuevos métodos de acercamiento a la música se basan en otros aspectos. Quizás la diferencia principal es que en muchas de las experiencias latinoamericanas los que se integran son niños en situación de riesgo social, que participan de una iniciativa cultural, fruto de la necesidad y que genera valor. En las europeas los involucrados son niños con posibilidades económicas a los cuales muchas veces se impone el modelo del suceso y el mito de la “star”, transformando las iniciativas en operaciones comerciales.

Entonces la posibilidad de producir cultura, que a diferencia de los asuntos económicos es lo que queda de una civilidad y de un periodo histórico, pasa a través de como las instituciones y los políticos se relacionan con el ambiente, la educación y el crear oportunidades para los niños.

Otra perspectiva

Probablemente la que presenté hasta ahora es una visión occidental de la realidad, fruto de mi educación y de los modelos sociales con los cuales conviví.

En unas páginas de “Una realidad aparte” de Carlos Castaneda (cap. 2 - Preliminares del ver), el autor contaba de cuando se encontraba analizando la manera de actuar de un grupo de niños limpiabotas sentados en la acera, que se ofrecían para lustrar los zapatos de algunos huéspedes de un restaurante sin insistir al rechazo de ellos, miraba sus correr a las mesas para comer las sobras, sus maneras ordenadas en el proceder y sin desperdiciar nada. Contaba que después de verlos lanzarse como buitres sobre las más escasas sobras, se deprimió verdaderamente, sintiendo que no había esperanza para aquellos niños, cuyo mundo ya estaba moldeado por su diaria pugna por migajas. Les tenía lástima y, preocupándose del bienestar de sus semejantes, veía el mundo de esos niños feo y vulgar, creía de estar mejor porque en comparación con el mundo de aquellos niños, el suyo era infinitamente más variado, más rico en experiencias y en oportunidades para la satisfacción y el desarrollo personal. No obstante su interlocutor, el brujo yaqui don Juan Matus, lo contradecía diciendo que él no se fijaba en lo que decía, que no tenía manera alguna de saber qué riqueza ni qué oportunidades había en el mundo de esos niños, al autor parecía sinceramente que no tenían la menor oportunidad de desarrollo intelectual. Después de la coincidencia entre los dos protagonistas en que convertirse en hombre de conocimiento es uno de los mayores logros y triunfos intelectuales, por boca de don Juan ese texto propone una serie de preguntas que cambian la perspectiva. Siempre las visiones y los puntos de vista de otros te invitan a reflexionar y por eso siempre habría que estar despiertos, abiertos y curiosos para recibirlos.

Para concluir expongo aquí un fragmento de este texto:

- ¿Crees que tu riquísimo mundo podría ayudarte a llegar a ser un hombre de conocimiento? [...] ¿Pueden tu libertad y tus oportunidades ayudarte a ser hombre de conocimiento?
- ¡No! - dije enfáticamente.
- ¿Entonces cómo pudiste tener lástima de esos niños? - dijo con seriedad -. Cualquiera de ellos podría llegar a ser un hombre de conocimiento. Todos los hombres de conocimiento que yo conozco fueron muchachos como ésos que viste comiendo sobras y lamiendo las mesas.

El argumento de don Juan me produjo una sensación incómoda. Yo no había tenido lástima de aquellos niños subprivilegiados porque no tuvieran suficiente de comer, sino porque en mis términos su mundo ya los había condenado a la insuficiencia intelectual. Y sin embargo, en los términos de don Juan, cualquiera de ellos podía lograr lo que yo consideraba el pináculo de la hazaña intelectual humana: la meta de convertirse en hombre de conocimiento. Mi razón para compadecerlos era incongruente. Don Juan me había atrapado en forma impecable.

- Quizá tenga usted razón - dije -. ¿Pero cómo evitar el deseo, el genuino deseo de ayudar a nuestros semejantes?
- ¿Cómo crees que podamos ayudarlos?
- Aliviando su carga. Lo menos que uno puede hacer por sus semejantes es tratar de cambiarlos. Usted mismo se ocupa de eso. ¿O no?
- No. No sé qué cosa cambiar ni por qué cambiar cualquier cosa en mis semejantes.
- ¿Y yo, don Juan? ¿No me estaba usted enseñando para que pudiera cambiar?
- No, no estoy tratando de cambiarte. Puede suceder que un día llegues a ser un hombre de conocimiento, no hay manera de saberlo, pero eso no te cambiará. Tal vez algún día puedas ver a los hombres de otro modo, y entonces te darás cuenta de que no hay manera de cambiarles nada.

Prima le parole-dopo la musica



Nacida antes de la II Guerra pero estrenada durante su decurso, el espectador de hoy no puede ocultar una sensación de desasosiego ante la experiencia, indescritible de la representación de Capriccio. Es el desconcierto ante la paradoja. ¿Se entiende acaso fácilmente una "conversación informal", por más que sea "en un acto", acerca de las excelencias de texto sobre música, o su inevitable viceversa, cuando música y texto parecen callar bajos los truenos de la batalla?

Aceptemos sin embargo la historia. El Fürer podía alimentarse en su locura con las notas der Walküre, pero el anciano Kapellmeister sometía al público de Munich a un tratamiento de choque de universales - el espacio del Poeta, el tiempo del Compositor- en momentos de horrorosa contingencia (1). Y la historia dio razón al viejo Strauss sobre Hitler (y sobre Mahler (2)), salvando su obra -conocida y sorprendente condición de clasicidad- de la vorágine bélica.

Facta indisponibles que reclaman verba del historiador, a su respecto gozamos ya de una apreciable cuota de libre disposición. No testaremos ahora a favor de la anécdota de referencia: dejemos desde este momento las miserias del Fürer y las grandezas Kapellmeister, las notas heroicas de Brünnhilde, y la deliciosa indecisión de la Condesa. Válganos, de Capriccio, la tensión básica entre sonido (música, tiempo) y texto (poesía, espacio) que recorre toda la obra - "prima le parole, dopo la musica" (Olivier), "prima la musica, dopo le parole" (Flamand)- y constituirá el legado aceptado por nuestras preferencias.

Y adeviértase que, a vueltas con universales, nos las habemos con categorías suscptibles de soportar las discusiones más variadas. Incluso humildemente estratégicas: un dicho proyecto de investigación y docencia que reclama el Capriccio del legislador universitario también se debate entre la economía temporal-oral del enseñante y la pretensión espacial-textual del investigador. O menos humildemente: tomar posición entre ambos extremos, ofrecerá tal vez ocasión para mostrar un entendimiento de la Historia del Derecho (con las mayúsculas que corresponden, claro, a la disciplina universitaria), contenido mínimo de esta suerte de escritos. Y aún con menor dosis de humildad: de lo oral a lo textual, acaso podamos encerrar entre estos términos la historicidad misma de nuestro objeto jurídico, siendo la nuestra, al fin y al cabo, una historia sustancialmente de textos. Un amplio catálogo de posibilidades de reflexión permiten, como se ve, nuestros caprichosos universales.

Fuente:
Carlos Petit Calvo "Oralidad y escritura, o la agonía del método en el taller del jurista historiador" en Historia, instituciones, documentos, ISSN 0210-7716, Nº 19, 1992 , pags. 327-380